Con Yompián como sólo un recuerdo y Mavila enfocada a la venta de motos, Carsa queda como la única cadena de artefactos en operación por más de 50 años. La retailer abrió sus puertas en Arequipa en 1953 y cuatro años después instaló su primer establecimiento en Lima. Desde ese momento, Carsa experimentó una expansión sin freno que incluyó el lanzamiento de las marcas Sony, Samsung y Aiwa en el mercado local.
Sin embargo, la cadena estuvo a punto de desaparecer en 1998, cuando su matriz, el Grupo Orion, quedó en bancarrrota. Un año después, Carsa ingresó a un proceso de reestructuración en el Indecopi y posteriormente pasó a manos del Banco Wiese Sudameris, hoy Scotiabank.
En la presente década, la retailer pasaría por más de un inversionista ecuatoriano para quedar finalmente bajo la administración de Expocarga, firma de ese país. Así, Carsa ha logrado mantenerse en el mercado local, donde ahora tiene a La Curacao, Elektra y Efe como principales competidores.
Cabe indicar que la cadena inauguró recientemente una nueva sede central en San Isidro. Esta se ubica en la intersección de las avenidas Javier Prado Este y Rivera Navarrete, ocupando el lugar del desaparecido Banco del Progreso.
Desde hace algunos meses, el Banco Financiero es la entidad encargada de operar la tarjeta Carsa. El ingreso a la cadena de artefactos le ha permitido al banco incrementar significativamente su número de ubicaciones, tanto en Lima como en ciudades del interior. Actualmente, Carsa cuenta con 60 puntos de venta a nivel nacional.